En la educación parvularia, el enfoque del Curriculum Integral ha sido fundamental para promover un desarrollo equilibrado y armónico en los niños y niñas, considerándolos como seres íntegros dentro de su entorno sociocultural. Este enfoque, creado en y para la realidad chilena, ha sido una pieza clave en la formación de profesionales especializados en la atención de niños y niñas de 0 a 6 años.
El Curriculum Integral es un enfoque educativo concebido en Chile a principios de los años setenta. Surgió de la necesidad de abordar la educación de niños y niñas desde una perspectiva que considerara tanto su dimensión individual como social. Fue desarrollado por un equipo de educadores chilenos, quienes sistematizaron sus experiencias en el campo y establecieron principios pedagógicos fundamentales.
Los fundamentos del Curriculum Integral en Educación Parvularia se sustentan en una visión filosófica y psicológica que busca abordar de manera integral el desarrollo de los niños y niñas.
El Curriculum Integral se caracteriza por una serie de principios pedagógicos que orientan su implementación en el jardín infantil.
Actividad-Autoactividad: Se promueve la integración de conocimientos a través de la acción del niño, involucrando todos sus procesos efectivos, intelectuales y motores.
Singularidad: Reconoce la individualidad de cada niño y niña, adaptando la educación a sus capacidades, intereses y valores.
Comunicación: Se enfatiza la importancia de la comunicación, tanto entre los niños como con el educador, la familia y la comunidad.
Autonomía: Busca desarrollar la autonomía del niño, permitiéndole tomar decisiones y resolver problemas de forma independiente.
Flexibilidad: El Curriculum Integral se adapta a las necesidades e intereses de los niños y niñas, permitiendo ajustes en la planificación según sea necesario.
Equilibrio: Se busca mantener un equilibrio entre diferentes tipos de actividades y experiencias para promover un desarrollo integral.
Los pilares metodológicos del Curriculum Integral se basan en la valoración del juego como actividad fundamental para el aprendizaje y el desarrollo de los niños y niñas.
Valor educativo del juego: Se reconoce al juego como una actividad fundamental que promueve el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños y niñas.
Búsqueda de la verdad: Se fomenta la exploración del entorno natural y cultural, permitiendo que los niños y niñas encuentren respuestas a sus inquietudes y problemas a través de la experiencia y el pensamiento crítico.
Juego de rincón: Se promueven actividades de juego iniciadas por los propios niños y niñas, fomentando la creatividad y la interacción social.
Método globalizador con ejes centralizadores: Se utiliza un enfoque globalizador que integra diferentes áreas de aprendizaje, inspirado en las ideas pedagógicas de Decroly.
El Curriculum Integral establece roles específicos para el educador, el niño y la familia, reconociendo la importancia de la participación activa de cada uno en el proceso educativo.
Rol del Educador: El educador asume un papel dinámico y reflexivo, planificando y guiando el proceso educativo de acuerdo a las necesidades e intereses de los niños y niñas.
Rol del Niño: Se concibe al niño como un participante activo en su propio aprendizaje, capaz de resolver problemas, expresar sus pensamientos y emociones, y ejercitarse en experiencias directas.
Rol de la Familia: La familia juega un papel fundamental como mediadora entre el niño y la cultura, proporcionando seguridad, bienestar y apoyo en su desarrollo.
En la implementación del Curriculum Integral, se hace hincapié en una organización flexible del espacio, los materiales y el tiempo, adaptándolos a las necesidades e intereses de los niños y niñas.
Organización del espacio y los materiales: Se busca una organización flexible del espacio y los materiales, que se adapte a las necesidades e intereses de los niños y niñas, promoviendo actividades variadas y estimulantes.
Organización del tiempo: Se promueve una organización flexible del tiempo, que permita la participación y comunicación de los niños y niñas, combinando actividades espontáneas y dirigidas según sea necesario.
La evaluación en el Curriculum Integral abarca las tres líneas de acción del educador: el niño, la familia y la comunidad educativa. Se enfatiza la importancia de la observación y el registro de las experiencias de los niños y niñas para tomar decisiones educativas.
En conclusión, el Curriculum Integral en Educación Parvularia es un enfoque educativo integral que promueve el desarrollo equilibrado y armónico de los niños y niñas, reconociendo su individualidad, fomentando su autonomía y valorando el juego como actividad fundamental para el aprendizaje y el desarrollo. Este enfoque, fundamentado en principios pedagógicos sólidos y basado en la participación activa de educadores, niños, niñas y familias, es una herramienta invaluable en la formación de profesionales en el área de la Educación Parvularia.
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